Ciudad de México, México, 20 de enero de 2018, México Ambiental.- El derecho al agua potable y el saneamiento es un derecho esencial para el pleno disfrute de la vida y de todos los derechos humanos, sostuvo el Fondo para la Comunicación y la Educación Ambiental, AC (FCEA) en su portal interactivo Agua.org.mx, un proyecto patrocinado por la Fundación Gonzalo Río Arronte, IAP y que se orienta a contribuir a mejorar la gestión del agua en México.
Dij0 que la Asamblea General de la ONU reconoció ese derecho al agua el 28 de julio de 2010 en la resolución A/RES/64/292. En México desde el 8 de febrero de 2012, con las reformas al artículo 4o de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, se estableció lo siguiente: “Toda persona tiene derecho al acceso, disposición y saneamiento de agua para consumo personal y doméstico en forma suficiente, salubre, aceptable y asequible. El Estado garantizará este derecho y la ley definirá las bases, apoyos y modalidades para el acceso y uso equitativo y sustentable de los recursos hídricos, estableciendo la participación de la Federación, las entidades federativas y los municipios, así́ como la participación de la ciudadanía para la consecución de dichos fines.” Es el párrafo sexto del artículo 4 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos.
Para Agua.org.mx, en términos sencillos, el derecho humano al agua y al saneamiento considera el acceso a agua para beber, para la preparación de alimentos, para la higiene personal y el aseo de la casa, se refiere también al agua para el saneamiento individual, que considera el suministro de instalaciones y servicios para canalizar la orina y heces fuera del hogar, sin representar riegos para la salud.
El cumplimiento de este derecho involucra tener agua en cantidad suficiente, proveniente de una fuente accesible y a un precio asequible. De acuerdo con los estándares mínimos establecidos a nivel mundial, para alcanzar este derecho, se precisan entre otros indicadores:
- Entre 50 y 100 litros por persona al día para satisfacer las necesidades humanas básicas: alimentación, higiene personal, preparación de alimentos, limpieza del hogar y la ropa.
- La fuente de agua debe situarse a no más de 1,000 m o 30 min del hogar, la institución educativa o de salud, o el trabajo.
- El costo del agua no debe superar el 3% del ingreso del hogar.
Aunque las cifras de la Comisión Nacional del Agua indican avances en la cobertura de agua potable y saneamiento, en ciertas regiones y para ciertos grupos socioeconómicos persisten rezagos considerables.
El Programa de Monitoreo Conjunto (JMP) de la Organización Mundial de la Salud y la UNICEF, indican que en México, 5 millones de personas carecen de agua potable —4%— y 18.7 millones de personas no cuentan con sistemas de saneamiento —15%— que impidan el contacto de la personas con las heces y orina.
El derecho humano al agua es además un factor de desarrollo y una oportunidad para avanzar hacia una sociedad incluyente, equitativa y justa.
Para hacerlo realidad es importante adoptar una visión integral para la gestión del agua basada en el enfoque de cuencas, que reconozca a los ecosistemas y su dinámica como los principales proveedores de agua de calidad, indica Agua.org.mx al señalar que también es fundamental revertir tendencias de deterioro ambiental, crecimiento poblacional desmedido, contaminación, falta de participación ciudadana y la corrupción, entre otros factores.
Si bien el cambio de enfoque y la coordinación intergubernamental son prioritarios, la inversión pública focalizada y auditada en infraestructura básica de agua; el establecimiento de tarifas sustentables; el pago por servicios ambientales; y la participación activa y corresponsable de la ciudadanía, son elementos que deben apuntalar la política del agua para garantizar el cumplimiento de este derecho humano fundamental.
Las personas podemos contribuir desde nuestro ámbito cambiando nuestros hábitos de consumo, evitando el desperdicio, reutilizando el agua, entre otras medidas sencillas. Todas y todos tenemos derecho al agua; pero también tenemos la obligación de usarla responsablemente, concluyó la organización.





