Ciudad de México, México, 12 de noviembre de 2024.- En paisajes con vegetación fragmentada de manera natural o inducida, los espacios pueden conectarse, de forma permanente o temporal, a través del movimiento de individuos, y permitir el flujo genético y diferentes dinámicas fuente-sumidero entre poblaciones.
Esta la conectividad depende a su vez de la #Permeabilidad del #Paisaje, es decir, la probabilidad de que un individuo de una determinada especie pueda cruzar fronteras entre fragmentos cualitativamente diferentes hasta llegar a un nuevo fragmento con características adecuadas para él.
Así lo explicó la Dra. Leticia M. Ochoa-Ochoa del Museo de Zoología “Alfonso L. Herrera”, del Departamento de Biología Evolutiva, de la Facultad de Ciencias de la UNAM, en su artículo Conservación basada en la funcionalidad: el caso de la #Herpetofauna, para el Boletín de la Sociedad Científica Mexicanas de Ecología donde refiere que esa permeabilidad depende de las características biológicas del grupo taxonómico y de las condiciones ambientales, que involucran la rugosidad del paisaje, la estacionalidad y el grado de fragmentación natural o inducida.
La capacidad de moverse a lo largo del paisaje varía entre especies debido a sus rasgos funcionales. Organismos como #Anfibios y #Reptiles tienen una alta diversidad funcional, pero en regiones con mayor urbanización e intensificación agrícola se ha observado una menor diversidad taxonómica y funcional.
Considerar la #ConectividadDiferencial, es fundamental para poder planificar y tomar decisiones acertadas en el manejo del área en cuestión para lograr una conservación exitosa de la #Biodiversidad a largo plazo, sostuvo.