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¿Hay algo más qué hacer en la lucha contra el tráfico ilegal de loros en México?

Ciudad de México, México, 4 de diciembre de 2020, México Ambiental.- Más de 150 especies de loros (psitácidos) que existen en el mundo se encuentran amenazadas o en peligro de extinción. Para contener este problema, en el plano internacional, es muy importante el trabajo que hace la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres (CITES), del que México forma parte. La mayoría de los países que poseen loros en su territorio han prohibido la importación y exportación de los loros nativos con fines comerciales.

No obstante, los loros se han convertido en un gran negocio de cientos de millones de dólares. Ninguna otra familia de aves atrae tanto interés y tanta inversión.

En un documento público, la Procuradurpia Federal de Protección al Ambiente (Profepa), refiere que este grupo de aves son vistos frecuentemente como “especies bandera” potenciales para promover programas de concientización sobre el cuidado del medio ambiente; también son factores clave para el desarrollo del ecoturismo y contribuyen a la protección de grandes áreas de selva tropical.

Loro frente blanca, Amazona albifrons. Foto: Humberto Yeé

Los loros son parte fundamental de la gran biodiversidad que tiene nuestro país. La simpatía y belleza de estas aves los ha llevado a ser explotadas en una magnitud mucho mayor que ninguna otra familia de aves. Su resistencia, su longevidad y su capacidad para imitar el habla humana son características que llaman la atención y provocan que mucha gente los tenga en sus hogares. En México hay 22 especies de loros, todas protegidas por las leyes mexicanas, dado que sus poblaciones han disminuido en las últimas tres décadas, por su captura de manera ilegal o por destrucción de sus hábitats naturales.

La flora y fauna de México es responsabilidad de todos; los loros son el claro ejemplo de la vulnerabilidad de estos animales por el tráfico ilegal que reciben.

Loro cabeza amarilla, Amazona oratrix. Foto: Miguel Urbina

En México, los loros son agrupados en cuatro categorías de acuerdo a su tamaño: guacamayas (géneros Ara y Rhynchopsitta); loros y cotorros (género Amazona); pericos (géneros Aratinga, Pionus y Pyrilia) y periquitos (géneros Brotogeris, Bolborhynchus y Forpus).

Las diversas especies de loros están protegidas por las leyes mexicanas, así como en la CITES, debido a que sus poblaciones han disminuido en los últimos años por la destrucción del hábitat y la extracción ilegal de ejemplares para su comercialización como mascotas.

Guacamaya verde, Ara militaris. Foto: Miguel Urbina

El periodo de febrero a mayo representa la temporada de mayor extracción de pollos de pericos, loros y guacamayas para su comercio ilegal.

Es en estos meses cuando el número de publicaciones en foros sobre venta de loros, aves canoras y de ornato aparecen frecuentemente en redes sociales como Facebook. Debido a la temporada de nacimientos de los ejemplares de estas especies, aumenta la demanda de algunas como el loro nuca amarilla o “Tehuano” (Amazona auropalliata), guacamaya verde (Ara militaris), perico atolero (Aratinga canicularis o Eupsittula canicularis), cotorra cucha o cachetes amarillos (Amazona autumnalis), entre otros. 

Dado que su extracción se realiza mientras son pollos aún, es más fácil que se logre el acostumbramiento a la persona que los alimenta identificándolo como su benefactor y creando el vínculo afectivo entre fauna y persona. En ese periodo, este tipo de ejemplares son principalmente crías recién emplumadas, con edades no mayores a un mes generalmente, ya que son extraídos de sus nidos a escasos dos o tres días de nacimiento de sus nidos.

Perico atolero o Perico frente naranja, Aratinga canicularis o Eupsittula canicularis. 
Foto: Miguel Urbina

Para la protección de la familia de pericos, loros y guacamayas de distribución en México, la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa) mantiene la atención y vigilancia mediante una estrategia frontal contra el tráfico ilegal de especies de psitácidos en cada uno de los eslabones de la cadena, por medio de operativos en lugares de acopio, transporte, distribución y centros de comercio donde se ofertan especies de pericos, loros y guacamayas. Los operativos se intensifican en los meses de febrero a mayo por la temporada de crías de estas aves.

Con el apoyo de la Policía Federal y las policías estatales en operativos coordinados por la Profepa, se han asegurado de 2017 a la fecha 2, 427 ejemplares de psitácidos.  En la siguiente tabla se muestra el número de ejemplares asegurados por cada especie:

Loro Cabeza azul, Amazona farinosa. Foto: Miguel Urbina
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