Shanik David
Foto: Especial
Puebla, México, México 28 de enero de 2020, Tierra Baldía.- Antes de que terminara el gobierno interino del estado de Puebla, se emitió la autorización ambiental para el desarrollo del proyecto de Lagoons Country Club en el municipio de Tepeojuma.
Fue el 29 de julio de este año, dos días antes del cambio de gobierno, que la Secretaría de Medio Ambiente y Ordenamiento Territorial, encabezada entonces por Rafael Reynoso Mora, aprobó el Manifiesto de Impacto Ambiental (MIA) presentado por Corporativo en Desarrollo Comercial Inmobiliario MCH, S.A. de C.V.
Un aspecto que llama la atención es que, si bien como parte del trámite se pidió al ayuntamiento de Tepeojuma un “Análisis de Congruencia en Materia de Desarrollo Urbano”, para determinar que el proyecto del fraccionamiento residencial estaba acorde al Plan de Desarrollo Urbano, la autoridad municipal dijo carecer de éste; pese a lo anterior, se consideró como “procedente” emitir el permiso.
De acuerdo con los detalles contenidos en el oficio SMAOT-CGMA-DGA-1040/2019, la empresa cuenta con un permiso de arrendamiento por un período de cien años para ocupar el predio El Cuatillo, en el municipio de Tepeojuma.
Tan sólo el permiso dado por la autoridad estatal es de 72 meses, es decir, que la empresa tiene seis años para gestionar las autorizaciones que le faltan por parte de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) y la Comisión Nacional del Agua (Conagua) y realizar los trabajos de construcción.
Sin embargo, aunque todavía debe realizar estos trámites, la SMAOT le autorizó comenzar los trabajos en tres de los nueve polígonos que conforman el proyecto.
En la resolución del MIA se detalla que el fraccionamiento residencial Lagoons Country Club tendrá una superficie de millón 209 mil 531.28 metros cuadrados.
En total se prevé la construcción de 66 manzanas, divididas en mil 329 lotes, en los cuales habrá casas de entre 300 y 500 metros cuadrados, así como edificios de departamentos de lujo.
Más allá de las viviendas que se construirán, llama la atención los servicios adicionales, destacando que se tendrá una playa artificial privada.
En el documento se detalla que el “área de playa, áreas verdes, laguna, andadores, playa (…) estará constituida por tres zonas de playas ubicadas para el acceso de la laguna, cada zona de playa contará con equipamiento como son camas y camastros para el descanso y relajamiento, así como el servicio de bebidas y alimentos, sanitarios y regaderas”.
Además, habrá un lago para pesca, un bosque, campo de golf y de minigolf, una casa club, área comercial y equipamiento básico.
Pese a todo esto, las acciones para resarcir el impacto ambiental son pocas dentro de la resolución, pues sólo se pide que antes de que se inicien los trabajos se ahuyente a la fauna silvestre, y que se consideren algunas especies para que habiten en las áreas verdes, además de que se instale un vivero temporal para el cuidado de las plantas nativas.
A cambio del permiso, la empresa debía entregar 40 mil árboles de cedro blanco o fresno en el Parque Flor del Bosque en un plazo de 90 días posteriores a la expedición del mismo, los cuales se vencieron el 29 de octubre pasado.
Hay que recordar que en 2016 se iniciaron los trabajos de construcción de este proyecto, pero dado que no se tenían los permisos correspondientes éstos fueron clausurados por las autoridades, además de que se cuestionó el impacto ambiental que tendría éste en la región. (TB)