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Afectaciones al medio ambiente irreversibles por sobreexplotación de recursos en San Cristóbal

Interior de un banco de arena localizado en la colonia Salsipuedes, en San Cristobal de Las Casas, Chiapas, donde máquinas extraen constantemente material de construcción. El volumen de arena proveniente de esa ciudad equivale casi a 20 por ciento del total extraído de los 121 municipios restantes en 2017. Foto: Moysés Zúñiga Santiago

San Cristóbal de las Casas, Chiapas, México, 10 de junio de 2017, México Ambiental.- Miguel Ángel Vázquez Sánchez, investigador de El Colegio de la Frontera Sur, afirmó que debido a la sobreexplotación de los bancos de arena y grava en San Cristóbal de las Casas desde 1940, se han producido graves procesos de erosión y las formaciones geológicas, quedan expuestas.

Este deterioro ha sido tan grave, que la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) declinó declarar San Cristóbal, fundada en 1528, patrimonio de la humanidad.

Así mismo, en áreas aledañas a los bancos de arena se han establecido asentamientos humanos irregulares, convertidos en zonas de alto riesgo, pues colindan con taludes inestables que los cortes dejan tras la extracción de material.

Desde largas distancias se pueden apreciar huecos enormes en los cerros, así como manchas blancas, cerros que han sido cortados a la mitad, como es el caso de el de Santa Cruz, destruidos por las máquinas, picos y palas, así como por el paso de camiones cargados de material

 

Extracción indiscriminada a partir de la década de 1990

“El auge de la actividad extractiva empezó a finales de la década de 1940, cuando se construyó la carretera Panamericana –que atraviesa la ciudad, conecta con Tuxtla Gutiérrez, capital del estado, y con el centro del país, entre otros puntos–, pero se incrementó en forma indiscriminada en la década de 1990, cuando se construyeron más carreteras en la zona luego del surgimiento del Ejército Zapatista de Liberación Nacional”, así lo afirmó Vázquez Sánchez.

Además el investigador detalló que puesto que la demanda de materiales fue en aumento, el municipio avaló la apertura de numerosos yacimientos a las empresas que explotan grandes superficies con maquinaria pesada y camiones de carga, así como a familias de escasos recursos tecnológicos.

El ambientalista independiente, Alejandro Ruiz Guzmán, declaró que se ha dado un daño ecológico irreversible, esto en consecuencia de la explotación irregular e indiscriminada de los bancos de grava, algunos, propiedad de políticos y empresarios.

Muchos sitios son explotados por las noches, y sin respetar las leyes de equilibrio ecológico; este material es trasladado no solamente a diversas partes del estado, sino que también se traslada a otras entidades al sur del país, debido a su buena calidad, así lo aseguró.

También afirmó que  “Son decenas de hectáreas deforestadas, sobrexplotación que impide la recarga de mantos freáticos e impacta humedales y manantiales, como El Navajuelo y La Kist, que se abastecen de aguas superficiales; al no haber recargas suficientes, se presentan problemas de contaminación en zonas cercanas a los bancos de arena, generalmente habitadas, donde se dispersa el polvo”

 

Advirtió que la explotación de bancos afecta los humedales y tendrá un impacto en el agua y el hábitat en general, pues hay más de 100 especies de aves migratorias que llegan por temporadas a los humedales desde Estados Unidos y Canadá. El popoyote, pez endémico, también está en peligro de extinción. La sobrexplotación de materiales ha modificado los microclimas, antes controlados por los humedales. Incluso se ha modificado el ciclo del agua en San Cristóbal.

“Es prácticamente imposible conocer la superficie dañada, la cantidad del material extraído y su destino, así como los nombres de los propietarios que sobrexplotan el lugar, los empleos y recursos generados, las condiciones laborales y de seguridad de la población y el cumplimiento de la normatividad, entre otros aspectos”. Así lo afirmó Vázquez Sánchez, destacando la negativa de las autoridades correspondientes a brindar la información necesaria para conocer la magnitud de las afectaciones.

Advirtió que no solamente se ha deforestado el territorio y eliminado la capa superficial del suelo, sino que también se han llevado a cabo excavaciones profundas y se ha deteriorado la imagen urbana, por lo cual exigió la cancelación de esta actividad.

La cadena socioeconómica de la explotación de materiales pétreos “aumenta la complejidad de su impacto socioambiental, pues se inicia con propietarios vinculados con el poder político y económico local o con pequeños propietarios, la contratación de personal con experiencia en manejo de explosivos, extractores del material (areneros de pico y pala), personal especializado en manejo de maquinaria, transportistas, comerciantes de material pétreo, albañiles, arquitectos e ingenieros, y culmina con los ciudadanos y dependencias gubernamentales que compran el material para la construcción y el revestimiento de caminos y carreteras”.

Afirmó que lo extraído en San Cristóbal, es casi una quinta parte del total de arena extraída de los otros 121 municipios del estado. En 2007 se sacaron 106 millones 951 mil 61 toneladas de ese material.

Ruiz Guzmán dijo que la arena y la grava se utilizan en grandes cantidades para construir carreteras y viviendas, pero sólo entre 10 y 15 por ciento se queda en San Cristóbal, pues hay grandes empresas camioneras de otras partes que se llevan el material.

La directora de Medio Ambiente y Recursos Naturales del ayuntamiento de San Cristóbal, Gabriela Velázquez Gamboa, afirmó que urge que la Secretaría de Medio Ambiente e Historia Natural (Semahn) de Chiapas clausure los bancos de arena por haberse rebasado el límite de extracción.

“Los cerros han sido horadados en forma tremenda. El problema es que la Semahn, que da los permisos, no ha hecho un padrón formal y ahora es un gran problema social, porque las colonias Salsipudes, Las Comaleras y Las Peras viven de la extracción a pico y pala, y no tanto los dueños de los predios, sino la gente que encontró un modo de vida en la extracción de materiales. La Semahn ya tendría que haber clausurado los bancos que sobrepasan el nivel de extracción.”

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