San Blas, Nayarit, México, 14 de agosto de 2020, México Ambiental.- En México, la Reserva de la Biosfera Marismas Nacionales Nayarit es uno de los humedales más importantes del Pacífico norte de México, y sitio RAMSAR, que constituye un refugio para el jaguar y otros felinos de gran importancia; es, además, un sitio de anidación de miles de aves migratorias, razón por la cual es reconocido como Sitio de Importancia Internacional para las Aves. En resumen: este territorio tiene una importancia esencial para estabilidad de ecosistemas en la parte central de la vertiente del Pacífico mexicano.
Precisamente por ello, una de las tareas esenciales es el monitoreo y vigilancia de todas las zonas de influencia de la propia reserva de la biosfera, para poder garantizar que los procesos ecológicos en la región se sigan llevando a cabo.

Uno de esos trabajos los realiza el Comité de vigilancia y monitoreo del ejido La Bajada, de San Blas, Nayarit. Este comité realiza sus funciones a 40 km de la propia reserva de la biosfera, dentro de la zona de influencia, lo que lo convierte en el comité que se encuentra a mayor distancia de ella. Otros comités realizan acciones dentro de la reserva, en su núcleo central, áreas de amortiguamiento, y otras zonas de influencia cercanas.
La dirección general de la reserva explicó que como parte de su estrategia de manejo la reserva se ha impulsado –entre otros-, el desarrollo de proyectos de conservación y desarrollo sustentable con comunidades y ejidos (Mexcaltitán y Toromocho); cooperativas pesqueras y ostioneras (Ostricamichin y Ostioneros de Villa Juárez).

Así también, proyectos de turismo de naturaleza y educación ambiental con propietarios privados y empresas familiares (Ecomata y Finca Ecológica La Papalota); grupos de vigilancia comunitaria para la operación de campamentos tortugueros y protección del jaguar (Amigos del Jaguar, Campamentos Tortugueros de Los Corchos, El Sesteo y La Puntilla), por citar algunos ejemplos.
En la Reserva de la Biosfera Marismas Nacionales Nayarit, bajo un esquema de manejo integral, incluyente, concurrente y corresponsable con habitantes, dueños, poseedores y los diferentes sectores y actores de la reserva, se trabaja en la conservación de este vital ecosistema, en donde son básicos los comités ejidales de vigilancia y monitoreo,




