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El país que cubre su oro con cemento

Una imagen de Hermosillo, capital de Sonora, desde el cerro El Bachoco. Foto: RM/México Ambiental 

Karen Torres*

Guadalajara, Jalisco, México, 5 de mayo de 2017, México Ambiental.- El territorio mexicano posee una riqueza privilegiada. De esa que no se encuentra en el mercado, no está sujeta a ningún tipo de cambio y no hay igual en el resto de los países. Es un valor del que poco se habla y que poco se reconoce en la vida cotidiana como uno de los números positivos, una de las posiciones más altas a nivel mundial. Así como se caracteriza por la diversidad cultural, la acompaña una variedad de ecosistemas, áreas naturales y especies de flora y fauna, que convergen en nuestro día a día y que representan a todo un país con un linaje histórico del que debemos sentirnos orgullosos.

 

México forma parte de uno de los 12 países megadiversos, caracterizándose éstos por albergar una gran cantidad y diversidad de especies de animales y plantas. Según datos de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (SEMARNAT), nuestro país alberga alrededor de 10% del total de especies registradas en el mundo; las que han sido descritas rondan entre los 108,000, aunque se estima que podrían existir millones a lo largo de todo el suelo, territorio marítimo y áreas no exploradas.

 

Ocupamos el cuarto lugar en anfibios, quinto en el mayor número de especies de plantas, segundo lugar en mamíferos y el primero en reptiles. México cuenta con doce tipos de ecosistemas entre los que se encuentran distintos tipos de selvas, bosques, sabana, pradera y humedal, entre otros. Seguramente en más de una ocasión nos hemos percatado que nuestro entorno se compone por un clima, suelo y tanto animales como plantas características de él; y si conocemos otros lugares o regiones del país, nos daremos cuenta que posiblemente es completamente diferente.

 

Tenemos un tesoro que se dio vida a sí mismo y que únicamente queda en nosotros, como mexicanos responsables de nuestro hábitat, cuidarlo y preservarlo, pues es parte de nuestra identidad nacional y lo que compartimos como ciudadanos; sin dejar de mencionar que su conservación es fundamental para nuestro bienestar integral y salud. No es un recurso que se nos dio para agotarlo, sino para saber utilizarlo y aprovecharlo sin tener que hacerle daño.

 

A pesar de la existencia de la SEMARNAT, proyectos por parte del gobierno y otros organismos de la sociedad civil, así como personas independientemente comprometidos con el medio ambiente, es relevante mencionar que las acciones que se pueden hacer en su favor requieren que no únicamente estos actores muestren sus propuestas o tomen iniciativa en la materia. Hace falta conciencia y voluntad por parte de los gobiernos locales y las empresas establecidas en México para integrar la conservación del medio y los recursos naturales como parte del progreso y desarrollo del país en cualquiera de los niveles.

 

En los últimos años, México ha dado la bienvenida a la industrialización, que ha traído consigo el crecimiento de ciudades; representa una gran oportunidad para el impulso económico y social del país y su gente. Sin embargo, demanda mucho más espacio del que se había tenido destinado para este tipo de producción. También necesita de recursos energéticos, materia prima, capital humano y transporte. Y todo ello trae consigo de manera indispensable, un consumo con responsabilidad.

 

El crecimiento de las ciudades se ha dado de forma tan acelerada que la infraestructura en muchas ocasiones, no está preparada para los cambios radicales. Crecen en tamaño hacia los bosques, cerros y montañas, a la vez que estos van perdiendo (con ello) su producción de oxígeno para sostener a la sociedad; la sobrepoblación de carros y su uso desmesurado para recorrer distancias incluso de menos de un kilómetro al día; la producción de desechos dado el crecimiento humano y la poca capacidad de reciclaje, aunado a la tala de árboles e incendios forestales y la pobre cultura de la limpieza del espacio. Todos estos son elementos que nos muestran que hemos sido una sociedad que busca el progreso, pero consumista e irresponsable una vez que lo ve realizado. México es de los principales países emisores de carbono. Ocasionamos un daño al planeta y a nuestros ecosistemas que como sabemos, van perdiéndose y van desapareciendo sus especies poco a poco.

 

El compromiso con el medio ambiente es un compromiso con México. La afición por el crecimiento ha provocado que se deje a un lado el tema que es crucial para seguir sosteniendo la economía, la salud y la grandeza que naturalmente tiene nuestro país en la biodiversidad. Pequeñas acciones hacen la diferencia, así como la demanda, porque pronto nos convirtamos en una sociedad que reduce su consumo, recicla y tiene respeto por el lugar donde vive. Hace falta enamorarnos de México y de la riqueza en él que está a nuestra custodia.

* Estudiante de licenciatura en Relaciones Internacionales

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