Ciudad de México, México, 29 de julio de 2019, México Ambiental. – Un estudio realizado por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), sugiere que el vientre materno y la placenta no pueden proteger a los bebés de la exposición a partículas contaminantes PM 2.5 (2.5 micras), lo que sugiere que ellos reciben el impacto de la contaminación desde el vientre, incluso de manera más intensa que sus madres.
María Eugenia Gonsebatt Bonaparte del Instituto de Investigaciones Biomédicas, alertó que esto implica un riesgo a la salud que es importante vigilar a largo plazo, ya que se puede ver afectado el desarrollo pulmonar o sufrir de otras enfermedades.
Los científicos de la UNAM, encontraron en la sangre del cordón umbilical de recién nacidos, moléculas (aductos y micronúcleos) que han sido relacionadas con el desarrollo de mutaciones celulares y, potencialmente, cáncer.
La investigación, vinculó el crecimiento de esos biomarcadores indicadores de daño con el aumento de partículas contaminantes, esto, genera preocupación por los altos índices de contaminación en la Ciudad de México.
Las partículas PM 2.5, por su tamaño, entran en el torrente sanguíneo y se distribuye por todo el cuerpo. Algunos de los compuestos se unen al ADN y generan aductos, los cuales inducen alteraciones asociadas a padecimientos respiratorios y mutaciones celulares, potencialmente carcinógenas, remarcó la experta en genética y medio ambiente.
En colaboración con médicos y pacientes del IMSS y el Centro de Investigación Materno Infantil, y con Patricia Ostrosky, del IIB, Gonsebatt y su equipo colectaron muestras de sangre del cordón umbilical de 200 recién nacidos y sus madres, esto en el norte de la Ciudad de México y la alcadía de Iztapalapa.
Las muestras fueron tomadas entre 2014 y 2015; en ese periodo los niveles más altos de PM 2.5 eran de 20 a 30 microgramos por metro cúbico (en la pasada contingencia ambiental los niveles alcanzaron 160 microgramos por metro cúbico).
Los resultados del estudio fueron publicados a finales de 2018 en la revista Environmental and Molecular Mutagenesis. Los científicos de la UNAM ahora iniciaron una colaboración con la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla para una investigación similar, pero en una entidad donde los niveles de PM2.5 son menores, lo que permitirá hacer un comparativo.