Home > Mundo > La fórmula matemática contra las ‘conspiranoias’

La fórmula matemática contra las ‘conspiranoias’

Madrid, España, 1° de Febrero de 2016, Judith de Jorge, ABC.- Posiblemente conozca unas cuantas teorías de la conspiración, como que el hombre nunca llegó a la Luna, que los gobiernos ocultan los efectos terribles de la telefonía móvil, que el cambio climático es un invento o, llegando al delirio, que existe el cuerpo de un alienígena escondido en una zona restringida de algún remoto desierto. Incluso es posible que se crea alguna de ellas. Llamadas «conspiranoias», por su mezcla entre lo conspirativo y lo paranoico, estás ideas sobre manipulaciones de la realidad llevadas a cabo en secreto por individuos poderosos tienen la capacidad de propagarse a gran velocidad, especialmente entre las mentes menos informadas y más proclives a las fantasías. Pero apenas resisten la primera embestida científica. Un investigador de la Universidad de Oxford llamado David Robert Grimes ha ideado una fórmula matemática que calcula durante cuánto tiempo podría aguantar una conspiración sin ser descubierta basándose en el número de personas que deberían guardar el secreto. El resultado: bastante poco. Si la llegada a la Luna hubiera sido un montaje, se habría destapado en menos de cuatro años. Es decir, hace mucho que lo sabríamos.

Grimes, un físico que trabaja en la investigación del cáncer, es también escritor y divulgador científico. Por su perfil recibe muchas consultas y comentarios de personas que creen en conspiraciones relacionadas con la ciencia. «Una serie de teorías de la conspiración giran en torno a la ciencia. Creer que los alunizajes fueron falsificados quizás no haga daño, pero tener una creencia errónea sobre las vacunas puede ser fatal. Sin embargo, no todas las creencias en una conspiración son necesariamente malas: por ejemplo, las revelaciones de Snowden confirmaron algunas teorías acerca de las actividades de la Agencia de Seguridad Nacional (NSA) de Estados Unidos», explica el investigador.

En vez de intentar desestimar las teoría de las conspiración, Grimes tomó el camino contrario: calcular cómo podrían ser posibles. Para ello, se fijó en un requisito fundamental de la conspiración, el secreto. De esa forma, creó una ecuación que expresa la probabilidad de que una conspiración sea deliberadamente descubierta por un denunciante o inadvertidamente revelada por un torpe o un «bocazas» que esté en el ajo. Entre los factores a tener en cuenta, explica en la revista PLOS ONE, están el número de conspiradores, la cantidad de tiempo, e incluso la posibilidad de que mueran los conspiradores, ya sea de vejez o por otros medios, para aquellas tramas que no requieren mantenimiento activo.

El autor utilizó los datos de tres casos reales. Uno fue el desvelado por Snowden sobre la vigilancia electrónica masiva que hacía la NSA sobre las comunicaciones de los usuarios de internet. Los otros dos casos fueron el experimento Tuskegee, un estudio sobre los efectos de no tratar la sífilis con penicilina en afroamericanos llevado a cabo durante décadas por el Servicio Público de Salud de EE.UU.; y el escándalo forense del FBI, relacionado con multitud de errores en los análisis que condenaron a personas inocentes, varias de las cuales fueron ejecutados por estos crímenes o murieron en prisión.

En cada escenario, el número de conspiradores y el tiempo antes de que se revelara la conspiración fueron sobreestimados para garantizar que las probabilidades fueran las mejores para los conspiradores, alrededor de cuatro entre un millón de posibilidades de que alguien se «chivara» o se le escapara la historia.

Después, Grimes se fijó en cuatro presuntos complots, estimando el número máximo de personas necesarias para estar en la conspiración, con el fin de ver hasta qué punto estas conspiraciones podrían ser viables: la teoría de que los alunizajes de Estados Unidos fueron un engaño (411.000 personas); que el cambio climático es un fraude (405.000 personas); que las vacunas son peligrosas (22.000 personas si sólo la Organización Mundial de la Salud y los Centros para el Control de Enfermedades son conspiradores y otras personas involucradas en la promoción, producción, distribución y utilización de las vacunas son engañadas. 736.000 personas si se incluyen las compañías farmacéuticas); que la cura para el cáncer está siendo suprimida por las empresas farmacéuticas líderes en el mundo (714.000 personas).

Usando la ecuación, Grimes calcula que un engaño sobre los alunizajes habría sido descubierto en 3 años y 8 meses, un fraude sobre el cambio climático, en 3 años y 9 meses; una conspiración sobre la vacunación, en 3 años y 2 meses, y la ocultación de la cura del cáncer, en 3 años y 3 meses. En resumen, cualquiera de estas cuatro conspiraciones habría sido descubierta muy rápidamente.

Además, el investigador se fijó en el número máximo de personas que pueden participar en una intriga con el fin de mantenerla. Para un complot que dure cinco años, el máximo fue de 2.521 personas. Para mantener uno que aguante oculto durante más de una década, menos de 1.000 personas pueden estar involucradas. Un engaño de un siglo debe incluir idealmente menos de 125 colaboradores. Incluso un simple encubrimiento de un solo evento, que no requiere de maquinaciones más complejas para que todo el mundo mantenga su boca cerrada, es probable que sea «soplado» si hay más de 650 personas cómplices.

«No todo el que cree en una conspiración es irrazonable o irreflexivo. Espero que al mostrar lo improbable que son algunas supuestas conspiraciones, algunas personas reconsideren sus creencias anticiencia», dice Green. «Esto por supuesto no va a convencer a todos; hay amplias evidencias de que la creencia en la conspiración es a menudo ideológica más que racional, y que las teorías de la conspiración prosperan en una caja de resonancia (…) Si queremos hacer frente a las dificultades multitudinarias a las que nos enfrentamos como especie, desde el cambio climático hasta la geopolítica, tenemos que aceptar la realidad sobre ficciones ideológicamente motivadas. Para ello, necesitamos entender mejor cómo y por qué algunas ideas están arraigadas y son persistentes entre ciertos grupos a pesar de la evidencia, y cómo podríamos contrarrestarlas».

http://www.abc.es/ciencia/abci-formula-matematica-contra-conspiranoias-201602011152_noticia.html

You may also like
Las nicolaitas cuentan
Relevancia y cambios fundamentales en la legislación en materia de humanidades, ciencias, tecnologías e innovación
Noche de las Estrellas en México 3 de diciembre 2022
Más allá de las rosas: las gesneriáceas y sus polinizadores