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La UNAM lidera investigación sobre ocupación temprana del Homo Sapiens en Guinea Ecuatorial

Ciudad de México, México, 11 de septiembre de 2017, México Ambiental.- Enclavado en la Guinea Ecuatorial, donde la selva es la más biodiversa con mayor número de del mundo, la Universidad Nacional Autónoma de México, a través Alejandro Terrazas Mata, científico del Instituto de Investigaciones Antropológicas, lidera el primer gran proyecto internacional dedicado a entender cómo y por qué se generó nuestra especie, así como a indagar y comprender cómo participó una tercera parte del continente africano con sus selvas tropicales, en su origen.

El propio Alejandro Terrazas Mata, explica la importancia: “Por primera vez, un proyecto de paleoantropología mexicano se desarrolla en ese continente y es coordinado en su totalidad desde la UNAM, con colaboradores internacionales”, La investigación se denomina Ocupación temprana del Homo sapiens en la pluviselva tropical de Guinea Ecuatorial: Rift de Uoro-Río Wele.

El proyecto es a largo plazo y la primera etapa será de aproximadamente tres años. Para tener resultados firmes se debe determinar la antigüedad de los sitios arqueológicos, cómo vivieron sus habitantes, qué cazaban y qué recolectaban, con el objetivo de reconstruir su modo de vida.

 

De allí que la colaboración se extiende a otras universidades del mundo, que apoyarán con estudios especializados como dataciones por paleomagnetismo y termoluminiscencia, orientados a conocer la antigüedad de los sitios.

 

En el proyecto Ocupación temprana del Homo sapiens en la pluviselva tropical de Guinea Ecuatorial: Rift de Uoro-Río Wele, participan, por parte de México, 17 expertos del IIA y de los institutos de Física, Geofísica y Geología, además de académicos de la Escuela Nacional de Antropología e Historia. De igual manera, botánicos y antropólogos de las universidades Nacional de Guinea Ecuatorial; de Calgary, Canadá; de Berkeley, Estados Unidos; y de instituciones de educación superior de España.

 

 

Se tomarán muestras de tierra, minerales, piedras y artefactos para analizar su composición y sedimentos, y determinar el paleoambiente en que vivían.

 

El científico del Laboratorio de Prehistoria y Evolución Humana del IIA y líder del proyecto, explicó que el Homo sapiens, se originó en África y los fósiles más antiguos que se le pueden atribuir provienen de allá. Pero una gran parte del continente que no ha sido explorada –sobre todo la porción central- porque está cubierta de selvas y es muy difícil encontrar fósiles, sitios o herramientas arqueológicas.

 

Comentó que esa fue la razón de elegir Guinea Ecuatorial, pues en ese país la selva es la más biodiversa y llena de endemismo, además de ser muy antigua, probablemente de 12 millones de años. Si encontramos restos de seres humanos, significa que vivían en la selva, no en el bosque ni en la sabana y habían logrado adaptarse económica, tecnológica y biológicamente a las condiciones de ese entorno.

 

El científico universitario detalló que visitarán sitios en donde nunca ha habido un arqueólogo, por lo que serán los primeros en explorar esta región. Solamente se realizó una expedición en los años 80, especificó.

 

A partir de sus investigaciones y documentación previas, Alejandro Terrazas logró establecer que en África Central el Homo sapiens vivía en pequeños poblados al aire libre, pero existe la posibilidad de que enterraran a sus muertos en lugares especiales, por lo que revisarán cuevas.

 

En Guinea Ecuatorial “… nuestra especie ha vivido por lo menos 35 mil años y ha compartido este entorno con gorilas, chimpancés, elefantes… con una gran cantidad de fauna y flora, sin destruirla, por lo que es ejemplo perfecto de coexistencia armónica entre los humanos y ese ecosistema, uno de los más delicados del planeta”, amplió.

 

Debido a que la evolución humana no necesariamente ha sido destructiva, los científicos buscan un conocimiento ancestral que sirva para diseñar un futuro en el que nuestra relación con el entorno no sea negativa. Eso es en parte el espíritu de este proyecto pero la logística y los trámites no han sido fáciles.

 

De hecho, el reto fue mayor para Alejandro Terrazas, pues México no tiene embajada en Guinea Ecuatorial. “Busqué un correo electrónico de quien fuera, no había ninguno; logré hacer contacto a través de colegas españoles y éste fue un proceso de cinco años”, relató.

 

EL viaje tampoco será fácil. Son 50 horas, que incluyen escalas en Madrid, Casablanca, Marruecos y Libreville para arribar a Malabo, capital de Guinea Ecuatorial. De ahí los expedicionarios abordarán otro avión para ir tierra adentro y más adelante un vehículo todo terreno que lleva a los poblados en donde se realizan las investigaciones. Finalmente, emprenderán una caminata de varias horas.

 

La alimentación no es muy alentadora y explicó: “se come yuca fermentada y debes tener un estómago muy resistente; la dieta en sí es monótona para los mexicanos. Llevamos muy poca comida, el viaje anterior comimos boa, no me hizo feliz, sentí pena, allá cazan todo para comer y sobrevivir”, narró.

 

Ésta es la tercera ocasión que el universitario y su equipo trabajan en Guinea Ecuatorial y es la segunda temporada oficial ya con fondos de la UNAM. Debido al presupuesto limitado, sólo cuatro personas irán a campo, dos mexicanos y dos españoles. Terrazas Mata estará por parte de la Universidad Nacional. “Estamos en la búsqueda de apoyos financieros para ampliar las exploraciones”. El regresó está planeado para el próximo 13 de octubre.

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