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La Fundación Pedro y Elena Hernández instaló 710 estufas Patsari en norte de Veracruz para beneficiar a 3,500 pobladores

Ciudad de México, México, 26 de mayo de 2017, México Ambiental.- Con una visión integral que aborda los problemas sociales y ambientales desde su origen, la Fundación Pedro y Elena Hernández restaura ecosistemas en la zona norte de Veracruz donde entregó 710 estufas Patsari para beneficiar a más de 3,500 pobladores que ahora reducen hasta 60 % su consumo de leña lo que reduce las enfermedades provocadas por respirar bióxido de carbono y baja 95 % la contaminación del aire en los hogares.

 

La fundación además, realiza gestiones, cursos y talleres ambientales para que la gente se convenza, acepte y difunda el uso de las útiles, cómodas, eficientes y nobles estufas Patsari.

 

En el norte de Veracruz, en una amplia zona que abarca los municipios de Tancoco, Naranjos, Gorostiza, Tamalín, Tantita y Tamiahua, la Fundación Pedro y Elena Hernández ha implementado diferentes proyectos tendientes a la sustentabilidad. Una de las acciones más importantes para la sustentabilidad es limitar el uso de madera como leña que podría tener un mayor valor agregado. Una acción estratégica para la región, es la instalación de las estufas Patsari. La planeación para la entrega de estufas se realizó con principios metodológicos como el manejo integral de cuencas, la planificación territorial y el análisis y manejo integral del paisaje.

 

Y es que existen muchas causas por las cuales las selvas y bosques desaparecen, como, el cambio de uso de suelo de forestal a urbano, por convertir extensas zonas con cobertura forestal en pastizales para ganado o por fragmentación de los ecosistemas por vías de comunicación, etc.

 

Pero existe otro factor que sin ser el más importante también ha contribuido a la desaparición de masas forestales y la perturbación de ecosistemas boscosos o selváticos: la extracción de leña.

 

Esta actividad persiste en muchos lugares aislados o en donde los servicios de gas o electricidad no llegan. En la zona de trabajo de la Fundación en el Norte de Veracruz es una práctica persistente.

 

Los ecosistemas dañados por la extracción excesiva de leña, pierden biodiversidad, con ello parte o toda su funcionalidad, y bosques ocasionando que selvas en este estado produzcan mucha menor cantidad de agua, hay una serie de efectos negativos en cascada cuando un ecosistema desaparece o se empobrece.

 

Sin embargo en México como en otros países, la gente de campo en la región tiene que usar leña, y esto no va a cambiar a corto ni mediano plazo. Pero la extracción de leña puede ser sustentable, es decir, se puede sacar leña de un ecosistema que la produzca, y si se hace de manera que la extracción racional permita al bosque, matorral o selva recuperarse, entonces producirá leña para siempre.

En este sentido la Fundación Pedro y Elena ya trabaja para que los ecosistemas de la región aumenten su cobertura y funcionalidad, y por otra parte ataca el problema al optimizar el uso de leña en los hogares.

 

Un viejo problema del uso de leña para cocinar o calentarse, es que existe un desperdicio de energía calórica en los fogones tradicionales, es decir entre el comal, sartén, o vasija puesta al fuego, mucho calor escapa hacia los lados, esto implica que se requiera una mayor cantidad de combustible para calentar o cocinar algo, pero además del calor que escapa a los lados de los recipientes, el humo inunda los hogares, y esto tiene un efecto nocivo para la salud, cuando hace frío y las casas están cerradas el efecto aumenta, el uso de leña es diario, afectando principalmente a niños y adultos mayores expuestos a este tipo de ambiente poco saludable y propiciando enfermedades respiratorias crónicas.

 

Los viejos y poco eficientes fogones tradicionales pueden ser sustituidos por estufas ahorradoras de leña. Desde hace años surgió la estufa Lorena (lodo y arena) la cual por su diseño cerrado no permite que el humo escape a los lados, sino que la cámara de combustión u horno conduce los gases a un tubo o chacuaco que saca el humo de la casa por completo. Además, la energía calórica se concentra en el recipiente puesto en la hornilla, el calor no tiene forma de escapar por los lados sino que calienta el recipiente en su totalidad, de este modo se ahorra hasta 60 % en el uso de leña.

 

Con esto, la presión sobre los bosques y su tala disminuye, así como las horas-hombre (o más bien las horas-mujer porque son ellas quienes generalmente recolectan la leña), pues también disminuyen los tiempos de búsqueda y recolección de la leña en campo.

 

Las estufas Lorena se han perfeccionado con el paso del tiempo en su eficiencia energética y funcionalidad. El horno o cámara de combustión concentra el calor mejor en las hornillas, los gases que van por conductos interiores de la estufa se aprovechan para calentar otras dos hornillas, por lo que se puede cocinar, calentar agua o mantener calientes los alimentos al mismo tiempo y con la misma cantidad de leña.

 

El modelo se ha estandarizado para su mejor construcción, distribución e incluso comercialización, y aunque es un diseño simple, es sumamente inteligente y eficiente. A estas estufas perfeccionadas se les ha llamado Patsari (del purépecha que significa “la que guarda”) en clara alusión al calor y por extensión que guarda leña y bosques.

 

Y son precisamente estufas Patsari las que ha entregado la Fundación Pedro y helena Hernández a los veracruzanos del norte.

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