Tokio, Japón, 12 de septiembre de 2019, La Vanguardia. – El
nuevo ministro de Medio Ambiente de Japón, Junichiro Koizumi, quiere que el
país cierre los reactores nucleares para evitar que se repita la catástrofe de
Fukushima en 2011. Es probable que los comentarios del hijo del ex primer
ministro Junichiro Koizumi, un defensor antinuclear, resulten controvertidos en
el gobernante Partido Liberal Democrático, que apoya el regreso a la energía
nuclear bajo las nuevas reglas de seguridad impuestas después del desastre de
Fukushima.
” Me gustaría estudiar cómo los eliminaremos, no cómo
mantenerlos”, dijo Shinjiro Koizumi en su primera conferencia de prensa a
última hora del miércoles después de ser nombrado por el primer ministro Shinzo
Abe. El regulador nuclear de Japón es supervisado por el ministerio de Koizumi.
Tres reactores en la estación de Fukushima Daiichi,
administrados por Tokyo Electric Power, se derritieron después de ser golpeados
por un terremoto y un tsunami masivos en marzo de 2011, arrojando radiación que
obligó a 160.000 personas a huir, muchas de ellas nunca regresaron.
La mayoría de los reactores nucleares de Japón, que antes de
Fukushima suministraban alrededor del 30 por ciento de la electricidad del
país, están pasando por un proceso de revisión bajo las nuevas normas de
seguridad impuestas después del desastre que resaltaron fallas regulatorias y
operacionales.
Japón tiene seis reactores funcionando en la actualidad, una
pequeña parte de las 54 unidades anteriores a Fukushima. Alrededor del 40 por
ciento de la flota anterior a Fukushima está siendo desmantelada.
El padre de Shinjiro Koizumi, un popular primer ministro
ahora retirado del parlamento, se convirtió en un duro crítico de la energía
atómica después de la crisis nuclear de Fukushima.
Esta misma semana el antecesor de Koizumi en el cargo,
Yoshiaki Harada, anunció que la Compañía Eléctrica de Tokio (Tepco, en inglés)
que gestiona la planta nuclear dañada se plantea verter al océano parte del
líquido contaminado que actualmente almacena en gigantescos tanques ante la
falta de espacio. La medida puede enfurecer a los pescadores locales o a países
vecinos como Corea del Sur.