Madrid, España, 31 de enero de 2020, Europa Press. – Aumentar
un 10 por ciento las ventas de botellas de refrescos o agua que no son
desechables, sino retornables, reduciría entre 4.500 y 7.600 millones de
botellas de PET los vertidos al océano cada año, según un estudio de la
organización de conservación marina Oceana, que estima que cada año se vierte
al mar 34.000 millones de botes de refrescos de plásticos.
La ONG ha presentado en la sede central de HSBC en Nueva
York su informe ‘Una sola palabra: retornables”, que plantea que se podría
reducir en casi un 22 por ciento la llegada de botellas de PET a los mares
producidas y vendidas por el sector de refrescos.
Para el director ejecutivo de Oceana, Andy Sharpless, las
empresas deben asumir su responsabilidad y comprometerse a producir menos
plástico y basura porque “las empresas de bebidas son grandes
contaminadores del océano”, ya que fabrican “miles de millones de
botellas de plástico al año que terminan en el mar, donde se quedan para
siempre”.
La propuesta pasa por fomentar las botellas retornables, las
que se venden, se devuelven, se lavan, se rellenan y se vuelven a vender entre
20 y 50 veces. El informe asegura que las retornables tienen una menor huella
de carbono que las botellas de plástico de usar y tirar. Según el doctor
Henning Wilts del Instituto Wuppertal, “en el caso específico de las
botellas retornables de PET en comparación con las botellas de un solo uso,
estos análisis [de ciclo de vida] han hallado que los envases retornables
ahorran hasta un 40 por ciento de materias primas y un 50 por ciento de
emisiones de gases de efecto invernadero”.
La autora principal del informe de Oceana, Anne Schroeer,
insiste en que los sistemas retornables siguen siendo un sistema
“viable” y “mejor para los océanos” y que el sector puede
hacer crecer fácilmente. “Los sistemas retornables representan más del 30
por ciento de las bebidas vendidas en grandes mercados como Alemania, México,
Filipinas e Indonesia”, ha señalado.
Por su parte, el vicepresidente senior de Oceana, Matt
Littlejohn, opina que el reciclaje “no es magia”. “La manera de
reducir la contaminación marina causada por las botellas de plástico es
fabricando y vendiendo menos botellas de usar y tirar”, concluye.